DE LA MULA AL CAMIÓN

Expiraban ya los años 20 cuando Julio y María, un joven matrimonio del Casar de Cáceres, decidió abandonar su pueblo para buscar fortuna en la capital, sus pertenencias:una mula, un carro y herramientas para trabajar.
Decidió abrir un negocio de transportes que perduraría durante más de setenta años. Julio se sacó el carnet para poder entrar en la estación de ferrocarril a recoger la mercancia para sus clientes, otro trabajo que hacía era el de transportar todo material que acompañaba a las compañías que actuaban en el Gran Teatro.
Fruto de este matrimonio nacieron Julia, Felix (que falleció a la temprana edad de 16 años), Antonia, Juan José y Andrés (que son los que actualmente se encargan del negocio).
Cuentan sus hijos que cuando compraron el primer camión se tuvieron que ir a Madrid y que tardaron tres días, y que cuando compraron los dos últimos camiones el abuelo Cerro se emocionó al ver a lo que habían llegado desde que él empezó con su mula y su carro.