De los cuatro fundadores del Partido Liberación Nacional que sucesivamente ocupan la presidencia de la República de Costa Rica entre 1948 y 1982, Luis Alberto Monge Alvarez es el mas joven, el de cuna mas humilde y el de formación política mas rigurosa. Su nombre recorre como una leyenda las diferentes épocas de la historia del Partido e invade todos sus ámbitos, desde el sindicalismo hasta el parlamentario.
Oriundo de un pequeño pueblo de la provincia de Alajuela, Palmares, famoso por sus cultivos de tabaco, entra en la política nacional por la vía de un sindicalismo de nueva factura, que nacia de los primeros años de la década de los cuarenta bajo la inspiración de la doctrina social contenida en la Encíclica Rerum Novarum, de León XIII, y como respuesta al gremialismo marxista, desde hacia tiempo dueño y señor indiscutido de ese territorio casi virgen de las luchas sociales costarricenses.
Con anterioridad, saliendo apenas de la adolescencia, habia tomado parte en algunas escaramusas electorales, curiosamente al lado de un político conservador, León Cortés Castro, que encarnaba, no obstante, con notable fidelidad, las virtudes características del alma campesina del país. Poco tiempo después, sin haber alcanzado aún los 20 años, su instinto lo guía al campo sindical, al cual, tal vez sin tener plena conciencia de ello, ingresa como antesala política, que desde entonces palpitaba en él como verdadera vocación.
Nada extraordinario traía este joven campesino, como no fuera una inteligencia despierta y ansiosa, una precoz sensibilidad social y una incontenible sed de lectura. Sus primeras armas coincidían con los comienzos de una década tormentosa y crucial para los destinos de la democracia costarricense, que lucía solitaria entre una pléyade de dictaduras caribeñas.
Su paso del sindicalismo a la vida política y partidista, fue fundamental. De la presidencia de la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum saltó a militar en las filas del Ejercito de Liberación Nacional. Junto con Armando Arauz y otros compañeros organiza la acción de apoyo y sostenimiento de Figueres cuando éste se lanza sobre Cartago.
El dirigente mas destacado del sindicalismo democrático se transformó en uno de los políticos mas activos y jóvenes de la revolución de 1948. Su promoción fue acelerada y su nombre adquirió una clara dimensión nacional.
Esta primera fase de formación y ascenso sin precedentes, culmina con su elección como representante, junto con Rodrigo Facio, Fernando Fournier y Rogelio Valverde, del naciente Partido Social Demócrata ante la Asamble Constituyente de 1949. Al joven constituyente Luis Alberto Monge se le confió la defensa de la legislación social heredada del régimen vencido, que los vencedores no solo quisieron consolidar, sino también ampliar y mejorar. Sus intervenciones parlamentarias fueron brillantes e impresionaron profundamente a algunos de los mas reputados juristas de la fracción conservadora.
Después de la promulgación de la nueva Constitución Política por la Asamble Constituyente de 1949, el país entra en un período de tranquilidad y normalidad políticas. Luis Alberto Monge viaja entonces a Europa, a trabajar en Ginebra como encargado de las relaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el movimiento sindical de América Latina. Se abre así un pequeño paréntesis en su vida, que se extiende de 1950 a 1952.
Sin embargo, este paréntesis ginebrino dura poco. De nuevo el sindicalismo lo reclama, sólo que ya no en Costa Rica sino en América Latina. Son los años en que Luis Alberto Monge libra una batalla continental contra las aspiraciones hegemónicas del marxismo-leninismo en el hemisferio, primero como vice-presidente de la Confederación Interamericana de Trabajadores (CIT), y luego como Secretario General de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT).
Cuando regreso al país en 1955, llamado por el entonces Presidente Figueres para desempeñar el Ministerio de la Presidencia, Luis Alberto Monge se sumerge de lleno en la vida política y en el Partido. Su cultura política, inseparablemente ligada a la praxis, es ahora mas universal y profunda. Tiene un conocimiento cabal y de primera mano, teórico-práctico, de las grandes corrientes ideológicas que dominan la época. Su amistad con numerosas personalidades del pensamiento político europeo y americano, le impiden caer en esa visión libresca tan frecuente en algunos medios intelectuales y políticos de América Latina.
Las dos décadas que siguen, sobre todo a partir de 1960, hasta su elección a la Presidencia de la República, van a estar marcadas por una extraordinaria actividad política que incluyen la Embajada en Israel, dos períodos en la Asamblea Legislativa, donde desempeñó el cargo de diputado y Presidente de ese órgano de poder. A principios de la década de los setentas, se convierte en Secretario General del Partido Liberación Nacional.
Durante sus años en la Secretaría General, Luis Alberto Monge representó la conciencia del Partido. Su actividad política no se realizaba fuera, sino dentro del Partido, y es desde ahí, en silencio, que emprende la tarea ingente de su reorganización. La empresa de rearmar las estructuras del Partido, de redefinir sus postulados fundamentales, de levantar su disciplina y sus aspiraciones éticas y, en suma, de insuflarle de nuevo su razón de ser, su misión histórica y su responsabilidad con el destino del pueblo, la acomete en esos críticos años desde una actitud docente, formativa y pedagógica.
En este período se produce en él una maduración de los rasgos mas sobresalientes de su temperamento y de su personalidad. Desaparece aquella fogosidad de sus años mozos, para dar lugar a una personalidad humanizada y tolerante y auna filosofía de la vida esencialmente liberal. Fue ahí donde concibió una de sus ideas mas señeras, que luego cobraría las dimensiones de un proyecto político bajo el sugestivo nombre de "Volvamos a la Tierra".
En febrero de 1982, Luis Alberto Monge es electo Presidente de la República. Eran tiempos difíciles. La crisis de la deuda habia llegado a Costa Rica mucho antes que a otros países de América Latina. El desempleo se habia duplicado, la inflación llegaba al cien porciento y la devaluación de la moneda, en menos de dos años, habia sido de un 600%. La angustia y la desesperanza eran el pan de cada día. Por otra parte, la turbulencia centroamericana amenzaba nos afectaba. Los conflictos bélicos en Nicaragua y El Salvador repercutían de múltiples maneras negativas. Los inmigrantes llegaban por miles, los encuentros fronterizos cobraban vidas y las presiones internacionales eran de enormes magnitudes. Este fue el escenario en que le correspondió gobernar a Luis Alberto Monge.
Tomado de Benavides, Enrique. MONGE HOMBRE DE PUEBLO. Secretaría de Información y Comunicación, Presidencia de la República. 1982.
Retorno a Monge: Un Presidente y un Pueblo
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